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jueves, 28 de abril de 2011

El Comerciante y La Piedra Mágica.

HABÍA UN HOMBRE que tenía un pequeño
comercio. Por supuesto, como era un hombre de
negocios, su deseo era ganar la mayor cantidad de
dinero posible.

Un día, alguien llamó a su puerta. Cuando la
abrió, había un hombre ante él, una persona de
aspecto agradable. Aquél hombre sacó una piedra
del bolsillo y se la dió al comerciante diciéndole:
“Voy a explicarte el poder que tiene esta piedra. Si
tocas con ella cualquier metal, éste se transformará
instantáneamente en oro”.

Pero añadió una advertencia: “No te estoy regalando
la piedra. Sólo voy a dejarte usarla durante un tiempo
y algún día volveré para llevármela. Cuando venga a
recoger la piedra, no habrá prórrogas, ni negociaciones,
ni ‘mañanas’. Tendrás que devolvérmela”.

El comerciante pensó que sus sueños se habían hecho
realidad. Ahora podría ser más rico de lo que nunca
había imaginado. Todo lo que tenía que hacer era tocar
con la piedra cualquier metal y éste se convertiría en
oro. Se sentía muy feliz.

Pero era un comerciante, y no quería gastar dinero sin
necesidad. Iba a ser muy cuidadoso. Así que llamó para
informarse del precio que tenía el metal en el mercado.

El intermediario le dijo: “Está un poco caro”. El precio
había subido. Así que el comerciante pensó: “Voy a
esperar a que el precio baje”. Y esperó.

Todos los días llamaba al intermediario para saber si el
precio del metal había bajado, pero seguía subiendo.
Un día, el comerciante oyó que llamaban a su puerta, y
allí estaba aquel hombre de nuevo. El hombre le dijo:
“Quiero que me devuelvas la piedra”.

El comerciante, sobresaltado, le pidió que esperara un
segundo para buscar algo de metal en la casa. Pero el
hombre le dijo: “No. ¿Recuerdas? Ése fué nuestro trato.


la guerra nace en el odio que hay
en la mente de las personas
la paz nace en el corazón de las personas


He vuelto y debes devolverme mi piedra”. La tomó y
se fué.

¿Quién es el comerciante? Todos nosotros. Alguien
vino, nos dió la piedra −el regalo de la vida−
y dijo: “Con esto puedes cumplir tu sueño. Puedes ser
feliz. Puedes estar satisfecho”. ¿Y qué hemos dicho?
“Ahora no. Esperaré. Tal vez cuando sea un poco
mayor. Tal vez cuando tenga un poco más de tiempo”.
Pero lo sorprendente es que a medida que nos hacemos
mayores, cada vez tenemos menos tiempo.

Y un día alguien llama a tu puerta... “Quiero que me
devuelvas el regalo de la vida”.

¿Y qué decimos? “¡Ojalá hubiera podido hacer esto,
o aquello! Me siento muy mal. Debería haber hecho
tal cosa”. Pero no hay negociación posible. Cuando
el regalo de la vida debe devolverse, hay que hacerlo.
No hay “mañana” que valga, ni “pasado mañana”, ni
ningún día más.


Lo Bueno. 

Tenemos mucho que hacer, muchas responsabilidades
de las que ocuparnos en nuestra vida, pero tenemos
también otra responsabilidad. Y es reconocer el
regalo de la vida, reconocer la alegría, la belleza de
la vida. Porque eso es lo único que realmente puede
satisfacernos.

Voy de país en país, veo culturas diferentes. Pero
también veo las semejanzas que hay en cada ser
humano que quiere – de corazón – estar satisfecho.

Todos tenemos la misma necesidad. Todos tenemos el
mismo deseo. Todos necesitamos sentirnos satisfechos,
estar en paz. La paz que es sólo una idea no es
suficiente. Necesitamos una paz que podamos sentir
realmente cada día, cada momento. Cada momento de
nuestras vidas es muy valioso. No puede desperdiciarse.

¿Cuándo será valioso para ti? La sabiduría no consiste
en apreciar el valor de algo cuando ya no está. La
sabiduría es reconocer el valor de lo que tienes, no de
lo que no tienes.

En este mundo, las ambiciones de las personas están
basadas en lo que no tienen.

Hay un hermoso dicho: “El mendigo sueña que algún
día será rey. ¿Y qué sueña el rey? En sus pesadillas,
sueña que se ha convertido en mendigo”. Un rey
no sueña con ser rey. Un mendigo no sueña con ser
mendigo. El mendigo sueña con ser rey y el rey sueña
con ser mendigo.

Todo lo que sucede en el mundo, todo lo que cambia
y cambia y se mueve y se mueve, está sucediendo en
la vida de cada persona.
Tristeza, felicidad, buenas épocas, malas épocas.
Riqueza, pobreza.
Y sea cual sea nuestra cultura, todos tratamos de
evitar lo malo.

En todas las culturas, la gente
quiere tener lo bueno, lo favorable. Así
que la pregunta es: ¿qué es lo más favorable en tu
vida?

La Vasija.

Es el ir y venir del aliento. Cada vez que viene, te trae el
regalo de la vida. Te trae tu existencia. No “mañana”, ni
”ayer”. Ahora, en este momento. Y en este momento en
que el aliento viene, no existe el mal. Todo es bueno. Es
 bueno, es bueno, es bueno. Gracias a él estás vivo.

Si nunca comprendemos el significado del regalo que
se nos ha dado, trataremos de buscar algún significado
en todo lo demás. Y lo hacemos. Buscamos un
significado, el verdadero significado de esta existencia,
en todas las demás cosas.

Hay un dicho: “Has venido a este mundo con las
manos vacías y te irás con las manos vacías”. No es una
casualidad que exista ese dicho. Eso es lo que la gente
ha observado, que todas las cosas que hacemos para
alcanzar la plenitud, al final, no nos dan esa plenitud.
En última instancia, debemos dejarlo todo atrás.

Imagina una vasija de barro con un gran agujero en la
base. Puedes echar el agua de todos los océanos en esa
vasija y ni una sola gota se quedará dentro.

Si no reconocemos el valor de nuestras vidas, somos
como esa vasija con un gran agujero. El agujero es
nuestra ignorancia y da igual lo que pongas en esa
vasija. Puedes meter todo el oro, todas las cosas bellas.
No podrá retener nada.

Pero si pones tan sólo una gota de agua en una vasija
que no tenga agujeros, esa gota permanecerá ahí.
Coloca la comprensión de esta vida en la vasija. Pon
en ella la belleza de tu existencia. ¿Te das cuenta de
lo que estoy diciendo? Es muy importante. Muchos
piensan que no hay diferencia entre lo que pasa en
el exterior y lo que hay en el interior. Hay una gran
diferencia. En el exterior, estás siempre cambiando.


la gente dice que
es necesario que haya
paz en el mundo
Yo digo: “Es necesario que
haya paz en tu mundo”

Cambiando, cambiando, cambiando... En el interior
no hay cambios.

Veo a personas que han envejecido. Su rostro ha
cambiado, su cuerpo también. Pero el corazón es el
mismo, porque el corazón es eterno. Lo inmortal que
buscas en el exterior está en nuestro interior.

El Corazón Es Parte De Ti.

Dentro de ti hay magia. Dentro de ti, la vida
está escenificando su danza. Dentro de ti, se está
interpretando una obra maravillosa.¿Quieres
presenciarla? ¿Quieres verla? ¿Quieres comprender lo
que se te ha dado? No lo que tú has creado, sino lo que
se te ha dado.

Hay un hermoso proverbio chino: “Es inteligente
conocer a tus amigos, pero es verdadera sabiduría
conocerte a ti mismo”. A miles de kilómetros de China,
un filósofo griego dijo: “Conócete a ti mismo”. Y en
India alguien dijo: “Lo que buscas está dentro de ti”.

¿Es una casualidad? Hoy en día, escuchamos a alguien
que dice: “Lo que estás buscando, la verdadera belleza,
la alegría, está dentro de ti”. Y la gente dice: “Muy
sabio. Muy bueno”. Y luego… nada.

¿Por qué no averiguar qué hay dentro de ti? ¿Por qué
no entrar en contacto con esa perfección que está en
tu interior? ¿Por qué no comprender lo que tu corazón
trata de decirte? El corazón es parte de ti.

Entonces, ¿por qué ignoramos a nuestro ser interior y
sólo hacemos lo que nuestro ser exterior quiere? Ese ser
interior es parte de nosotros. Y si no hemos escuchado
su sencilla petición, no hemos escuchado la historia
completa de nuestra vida.

¿Qué Nos LLevamos?

Si es cierto que venimos con las manos vacías y nos
iremos con las manos vacías, ¿qué sentido tiene la vida?

Habrá buenos tiempos y malos tiempos. Y más de lo
mismo, más de lo mismo, más de lo mismo.

Te levantas por la mañana, sales de casa y vas a
la oficina. Luego dejas la oficina y vuelves a casa. Ida y
vuelta, ida y vuelta, ida y vuelta.

¿Y en qué piensas? Piensas en tus problemas. “Tengo
que hacer esto, tengo que hacer aquello”. Problemas,
problemas, problemas.

Hay otra cosa interesante que leí, un dicho muy
interesante: “Trabajas tanto para hacer dinero
que pierdes la salud. Y luego gastas ese dinero en
recuperarla”. No es un negocio muy bueno, porque
pierdes, siempre pierdes.

Sabemos mucho, pero ¿conocemos el valor de nuestro
aliento? Sabemos muchas cosas, pero ¿sabemos cómo
volar en el reino del corazón? Si no es así, llegará un día
en que todo lo que sabemos será inútil.

Paz De Fórmula.

Hay dos clases de paz en este mundo: una paz que es
una fórmula, y otra que tiene que sentirse. La paz de
fórmula la tienen muchas personas. Algunos dicen: “Yo
tengo paz. Tengo una buena familia, un buen trabajo,
una buena casa; así que soy feliz. Estoy bien”. Pero todo
eso desaparece un día.

Si le preguntas a una persona rica si tiene paz, te dirá:
“Sí, tengo paz”. “¿Por qué crees que tienes paz?”.
“Bueno, pues porque tengo esto y aquello. Tengo
paz, estoy bien”. Si le preguntas a un monje si está en
paz, te dirá: “Sí, estoy en paz porque no tengo esto
ni aquello”.

Esa es la paz de las fórmulas. Todo el mundo tiene
una paz de fórmula y por eso hay tantas guerras,
porque la paz de fórmula no trae la paz.


dentro de ti hay magia
dentro de ti la vida escenifica su danza
      ¿quieres presenciarlo?

Incluso si le haces una foto al sol, no puedes sacarla
por la noche y esperar que ilumine tu casa. Ojalá
fuese posible, eso ahorraría mucha electricidad y
mucho dinero. Pero la imagen del sol no produce luz.
El sol sí lo hace.

La paz conceptual es como la imagen del sol. Las
personas hablan de la paz y leen sobre ella, y eso está
bien; pero en algún momento tienes que conocer la
paz, tienes que sentirla.

Si quieres paz real tienes que sentirla, no una vez,
sino cada día de tu vida. Tienes que poder volverte
hacia tu interior todos los días y sentir esa alegría, esa
belleza, esa serenidad en tu vida. Cada día.

Paz En Tu Mundo.

La gente dice que es necesario que haya paz en el
mundo. Yo digo: “Es necesario que haya paz en tu
mundo”. En tu mundo. Porque si no hay paz en tu
mundo, no habrá paz.

Hay muchos que dicen: “Paz, paz, paz”. Y sin
embargo, cada día hay guerra, guerra, guerra. Ellos
hablan de la clase de paz equivocada. La verdadera
paz está dentro de ti y, cuando puedas experimentarla,
habrá paz. En tu mundo.

La guerra no crece en los árboles. La guerra nace en
el odio que hay en la mente de las personas.

La paz tampoco crece en los árboles. La paz nace
en los corazones de las personas. Es allí donde la
encontrarás, dentro de ti. Búscala. Haz todo lo que
sea necesario para encontrar esa paz verdadera en tu
vida y sentirte satisfecho.

La paz no comienza en los países, ni en las naciones,
ni en los gobiernos. La paz comienza en ti, y en mí.
La paz comienza en cada uno de nosotros.

Sólo te recuerdo algo que ya sabes. Has sabido esto
desde que eras un niño pequeño, pero lo olvidaste,
porque todo lo demás se volvió importante. Tal vez
ahora ha llegado el momento de que recuerdes.

Prem Rawat.

miércoles, 27 de abril de 2011

Aprender a Vivir Sin Sufrir

Existen personas que no son capaces inconscientemente de disfrutar de la vida, ya que simplemente se pasan la vida sufriendo: no saben vivir sin sufrir, a pesar de que la realidad no sea verdaderamente como ellos la perciben.

Especialmente porque muchos problemas o son productos de la propia imaginación, no tienen la importancia que en verdad les damos, o no aplicamos la solución adecuada.

Estar tan pendientes de problemas que no tienen importancia nos impide disfrutar del día a día, de la propia Vida, y en definitiva de esas pequeñas cosas que marcan y forman parte de nuestra existencia.

La principal cuestión a tener en cuenta tiene una relación directa con el mantenimiento de una percepción correcta y real de las distintas situaciones que se suceden en nuestra vida, tratando de solucionar aquellos problemas que podamos, y los que sencillamente no lo tengan, solucionarlos en nuestro interior, olvidarnos de ellos y dejarlos pasar.

En esta ocasión tiene una especial importancia una frase muy recurrente en estos casos pero que, en definitiva, cuenta con una verdad absoluta fundamental: si las cosas tienen arreglo, ¿para qué te preocupas? y, si verdaderamente no las tienen, ¿para qué te preocupas?.

¿Cómo pensar en positivo?

Si deseamos comenzar a pensar en positivo, existen una serie de técnicas y de estrategias que nos ayudarán, aunque desde un primer momento debemos tener en cuenta que lo importante no es lo que nos suceda, sino lo que en definitiva pensemos de ello.

Si nos damos cuenta, el pensamiento que tenemos es algo previo a las emociones, de tal manera que ese pensamiento repercutirá luego en que nos sintamos bien o mal.

Es una buena idea empezar a ser mucho más objetivos, conociendo, analizando y descubriendo cada uno de nuestros pensamientos (en especial aquellos que nos hacen daño y nos repercuten negativamente), para así poder controlarlos y ponerlos a nuestro servicio.

Aunque la realidad que vivamos sea difícil, podemos sentirnos bien, y siempre que nos ocurra algo negativo, podemos sentarnos y pensar -por un segundo- en la realidad del hecho en sí, y luego finalmente ser objetivos.

Ésta será la clave para comprender realmente lo que nos ha sucedido, con perspectiva, y lo que podamos hacer al respecto.

¿Para qué dar importancia a pensamientos y problemas que sólo nos repercuten negativamente?

domingo, 24 de abril de 2011

Claves Para Tener Un Matrimonio Feliz

El primer requisito y el más esencial que debe cumplirse para que un matrimonio sea feliz, es la unidad de las almas; similitud de ideales y metas espirituales, manifestada por la voluntad práctica de alcanzar esos objetivos mediante el estudio, el esfuerzo y la autodisciplina. Las parejas que posean esa unidad espiritual serán capaces de constituir un matrimonio exitoso, aunque no se encuentre presente ninguna de las otras condiciones básicas.

El segundo requisito para que un matrimonio sea feliz es la similitud de intereses; intelectuales, sociales, relativos al ambiente, etc..

El tercero y el último en el orden de importancia(aunque habitualmente la gente con menos entendimiento le otorga el primer lugar), es la atracción física. Ese lazo pronto pierde su poder de atracción, si el primero-o el primer y segundo requisitos- no se encuentran también presentes.

El sexo tiene su lugar en la relación conyugal, sin embargo, si se convierte en el factor preponderante, el amor se eclipsa, desapareciendo por completo; le substituyen el despotismo, la familiaridad excesiva y el abuso, así como la pérdida de la amistad y de la comprensión. Aún cuando la atracción sexual es una de las condiciones que influyen para que nazca el amor, el sexo en sí mismo no es amor.
El sexo está tan lejos del amor como lo está el sol de la luna. Solamente cuando predomina la cualidad transformadora del verdadero amor en la relación, el sexo se convierte en un medio para expresar ese amor. Quienes viven demasiado en el plano sexual se desorientan y no logran establecer una relación marital satisfactoria. Únicamente cuando el sexo no es la emoción predominante, el matrimonio pueden comprender en qué consiste el verdadero amor.

Paramahansa Yogananda.

lunes, 4 de abril de 2011

Charla Entre La Razón Y El Corazón.

¿Y si en realidad el tiempo no lo pudiese todo,
si no fuese tan cierto que las cosas con el pasar de los días se van olvidando,
o las heridas no se van cerrando, cuantas cosas cambiarían?
Porque es muy fácil pensar que con solo dejar pasar los días,
meses o años las cosas se solucionan, y lo peor es que uno se autoconvence,
y se cree un superado, alguien que tuvo la suerte de superar un dolor y sobreponerse,
y se vuelve a sentir fuerte...


Sin embargo, un buen día, quizás el menos pensado,
todo el castillo que creías tan sólido comienza a temblar,
porque te encuentras de nuevo cara a cara con el dolor,
con ese sentimiento tan helado y tan dormido del que ya casi ni te acordabas,
y que, muy a pesar de todo, sigue ahí, y comienza a despertarse con todas las fuerzas acumuladas por el tiempo en que estuvo inactivo y quiere salir, quiere gritar que está vivo y que va a dar pelea, por que la RAZÓN piensa:"¡Otra vez no!

¿O acaso no te acuerdas el tiempo que te costó volver a ponerte en pie?, ¿o no te acuerdas de esas noche sin dormir, de esos desvelos y angustias, de tus días vacíos, de tus noches sin estrellas?, ¿Quieres realmente volver a vivir todo eso, o ahora que ya estás de pie no sería mejor que anduvieras por otros caminos?

Porque, sinceramente, amores no te faltan, tienes la capacidad de enamorar a quien quieras, y te vas a hacer problema por un hombre que, en realidad, no sabes si te quiere, no sabes si te engaña?...


¡Piensa! ¡no te equivoques! Una vez creíste tocar el cielo con las manos y en un instante descendiste al más profundo de los infiernos, ¿crees que vale la pena?
Haz lo que te digo, no existen los amores eternos, y seguramente, todo eso lo único que te va a hacer es ilusionarte y volverte a lastimar"


Y se hace un silencio eterno...El CORAZÓN, aturdido por las palabras de la RAZÓN, se queda sin aliento, pero después de un rato de pensar, donde la RAZÓN ya creía tener ganada la partida, el CORAZÓN replica:

"No sé si tus palabras son del todo ciertas, pero sí sé que no son tampoco del todo equivocadas: no es lo mismo pensar que sentir; no es lo mismo razonar que hacer las cosas impulsivamente, porque los que piensan son aquellos que nunca se arriesgan, y pobre de aquél que no esté dispuesto una vez en su vida a perderlo todo por la persona que ama; pobre de aquel que no está dispuesto a olvidar, porque nunca será perdonado; pobre de aquel que es tan ciego y vacío, que no es capaz de dejar de lado todas las trivialidades de la vida por amor...

Pobre de quien teniendo en frente el amor de su vida, no es capaz de quitarse la careta y sentir...

Porque el amor no sólo es alegría, no solo es paz y ternura, el amor es también dolor y lágrimas, es angustia y desvelo, es muchas cosas, pero bueno... la verdad es que no sé qué pesa más, si la RAZÓN o el CORAZÓN.


Lo que si sé es que si uno no siente se transforma simplemente en una roca, una cosa que no es capaz de demostrar cariño y confianza, un cuerpo sin alma.Por eso creo que uno debe jugarse por lo que siente... le puede salir bien o mal, puede equivocarse o vivir el resto de su vida con la persona que ama... lo que sí es cierto es que jamás perdonaría a alguien que por rencor o desconsuelo no sea capaz de tomar a la persona que ama, y gritarle a todo el mundo que por ella daría la vida...

Y, por último, otra cosa que tengo bien clara, es que el que se enamora soy yo, y el amor se siente con el CORAZÓN, no con la CABEZA".Se hizo el silencio... y, sin mediar palabra, el CORAZÓN, decidió tomar el camino correcto... y fué tras el amor...



(Autora: Gabriela Mistral)